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José Martí y su concepción de la ciencia
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  • Categoría de la entrada:Ciencia

José Martí, el más universal de los cubanos, el revolucionario, poeta, educador, periodista, hombre de grandes ideas que aun en estos tiempos señalan caminos, fue también un hombre de ciencias.

Inmersos en la jornada de homenaje a las ciencias cubanas, resulta oportuno repasar el pensamiento del Apóstol sobre el tema, para quien la ciencia forma parte de la cultura de los pueblos y encierra la tendencia de desarrollo del género humano.

En una publicación de la Revista Universal, de México, Martí la definió como el conjunto de conocimientos humanos aplicables a un orden de objetos íntimos y particularmente relacionados entre sí.

Y es que su visión sobre los caminos del desarrollo tecnológico de su tiempo y entorno, unido a su gran capacidad para llegar a la verdad, además del amplio conocimiento de la historia y de las misiones políticas asumidas, le permitieron comprender desde edad temprana que “un detalle en el órgano es a veces una revolución en el sistema”.

Ofreció más luz, cuando en 1881 definió su concepto de la palabra universo: “el Universo: Versus unir lo vario en lo uno”, y al año siguiente diría: “el Universo con ser múltiple, es uno”, afirmación que deja apreciar su concepción sistémica y dialéctica del mundo.

Supo reconocer la importancia del ser humano en el proceso del conocimiento, en la aplicación de la ciencia y la transformación del mundo: “Va allá lo humano, siempre decidido y siempre; pone los ojos ante sí, pero caminaría aunque fuese ciego. La humanidad asciende cuando adelanta; el hombre es en la tierra descubridor de las fuerzas humanas. (…) el hombre es la lógica y la providencia de la humanidad”.

Comentó el Héroe Nacional en 1883, en revista editada en Nueva York, acerca de un libro del escritor y científico Felipe Poey: “Ya va siendo notabilísimo en los poetas y oradores de nuestra raza el afán de hacerse hombres de ciencia. ¡Y hacen bien!”
Mostró preocupación por la escasa divulgación de contenidos de la ciencia en revistas y periódicos y en alusión a ello razonó en la Revista Universal: “…apenas si alguna vez hallan cabida en las columnas de los periódicos, las solemnes palabras de la ciencia, madre amorosa que descompone, elabora, estudia, crea en pro de tantos hijos que la desconocen, la desdeñan o la olvidan¨.

En escrito en 1883 para La América sobre el libro “Le Vieu Neuf”, del francés Edouard Fournier, destacó la trascendencia del estudio de los antecedentes y el devenir histórico de un hecho , imprescindible para establecer sus tendencias de desarrollo. “Para estudiar las posibilidades de la vida futura de los hombres, es necesario dominar el conocimiento de lasrealidades de su vida pasada”.

Relacionado con la instrucción, propugnó: “que la enseñanza científica vaya, como la savia en los árboles, de la raíz al tope de la educación pública. Que la enseñanza elemental sea ya elementalmente científica: que en vez de la historia de Josué, se enseñe la formación de la Tierra”.

Su advertencia sobre la “inutilidad de la ciencia sin el espíritu”, rechaza cualquier maniobra encaminada a disminuir la perspectiva ideológica y la actitud moral con que se asuma el hecho científico. “Y así se va, por la ciencia verdadera, a la equidad humana: mientras que lo otro es ir, por la ciencia superficial, a la justificación de la desigualdad, que en el gobierno de los hombres, es la de la tiranía”.

El hombre que vivió en el monstruo y le conoció sus entrañas, el antiimperialista, el revolucionario cabal, dueño de una sensibilidad única, poco antes de morir escribió a María Mantilla: “Donde yo encuentro poesía mayor es en los libros de ciencia, en la vida del mundo, en el orden del mundo, en el fondo del mar, en la verdad y música del árbol, y su fuerza y amores, en lo alto del cielo, con sus familias de estrellas— y en la unidad del universo-, que encierra tantas cosas diferentes, y es todo uno…”. (ACN)

Fuente: ACN / Autor: Maritza Padilla Valdés

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