El mar posee un enigma que pocos llegan a descifrar. Quizás sea su olor, la arena bajo los dedos, el viento que, al golpear el rostro, te muestra el significado de la palabra vivir. Así, rodeado de mar no se puede ser infeliz. “Estamos atados al océano. Y cuando volvemos al mar, ya sea para navegar o mirar, volvemos de dónde vinimos”, dijo John F. Kennedy. Jorge Luis Borges lo calificó como un antiguo lenguaje que no alcanza a descifrar.
Quizás el mar tiene un poco de eso: misterio, magia, atracción, adicción y paz. El mar inspira la imaginación y agita el corazón, no por gusto dicen que las mejores historias de amor empiezan o terminan en el mar.
Fuente: www.cubadebate.cu
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